Seguro que últimamente has oído hablar de “generaciones” para definir grupos de personas acotados por unas mismas características. Y la Generación C es una de ellas.
Este concepto, definido por Brian Solis en un informe para IBM titulado “The Connected Consumer and the New Decision-Making Cycle”, hace referencia a los nuevos consumidores que están permanentemente conectados, que crean contenido, que lo comparten (tanto el propio como el ajeno), que colaboran…
Según el estudio, el objetivo es comprender cómo se relacionan estos individuos en las redes sociales para que las compañías puedan transformar su relación con ellos, sus clientes. Los consumidores ya no son solo números, sino que son personas con nombres y apellidos cuya opinión es fundamental a la hora de tomar decisiones.
Los que forman la Generación C llevan el uso de la tecnología en la sangre; los teléfonos móviles e Internet han influido de manera determinante en su comportamiento y forma de vida y, la verdad es que a día de hoy no muchos pueden entender el día a día sin ellos.
En la propia web de La Generación C, de la que forma parte uno de mis antiguos profesores de universidad, Guillermo de Haro (@GuillermoDeHaro), se dan más claves sobre ello:
“No es una generación asociada con una edad, sino con una forma de ser, una actitud y unos valores que los separan de los calificativos con que se suele definir a esta generación de jóvenes actual.”
La Generación C, c de comunicados, creativos, conectados y cambiantes, tiene las claves para cambiar la situación actual.
Las personas que forman esta generación, que no está definida por un rango de edad (al contrario de otras muchas como la Generación Y) han crecido dentro de un entorno cada vez más cambiante; con la irrupción de los smartphones que les permite saber en cualquier momento lo que ocurre a su alrededor, con el auge de Wikipedia, dejando a un lado las tradicionales enciclopedias, con las redes sociales como parte del día a día que ha cambiado la forma de comunicarse de unos y otros…
En un estudio de 2012 elaborado por Nielsen, se estableció que un 23% de los estadounidenses formaban parte de esta generación, que aunque como hemos dicho, a pesar de no estar comprendida entre ningún grupo de edad definido, sí puede decirse que la mayoría de los mismos va de los 18 a los 34 años.
Esta generación es la Generación del click, los que no solo comparan en Internet antes de comprar, sino que también compran. Son los actores principales en el auge del e-commerce, los que pueden encontrar todo lo que quieran solo con una pantalla de por medio.
Los que forman la Generación C serán (y lo son ya) capaces de influenciar en asuntos gracias a las opiniones que vierten en Internet, en las redes sociales, en páginas webs… Ya no es como antes cuando que las opiniones se quedaban perdidas en las tertulias o los bares, ahora se quedan registradas y cualquiera puede acceder a ellas. La reputación online empieza a considerarse como un asunto verdaderamente relevante y no como algo efímero. Y esta Generación lo sabe bien
La rapidez de reacción que facilita Internet es otra de las características de esta Generación. El estar permanentemente conectados les permite saber en todo momento lo que pasa en cualquier rincón del mundo. Un ejemplo de ello es lo que ha pasado y está pasando en Hong Kong en la llamada la Revolución de los Paraguas o lo que pasó hace unos años con la Primavera Árabe. Internet abrió las fronteras para que todo el mundo supiera lo que realmente pasaba (y sigue pasando). Y esta Generación es la que contribuyó en gran medida a ello.
Los miembros de esta generación son nativos digitales y no son capaces de entender un mundo sin tecnología, sin todo lo que estos objetos pueden ofrecerles.
Y las marcas saben todo esto; saben que esta generación dará un giro de 180º dentro del sector de consumo y del marketing. Con ellos ya no vale lo tradicional, hay que adaptarse a sus expectativas; cada vez más altas porque tienen más acceso a la información y a saber más acerca de las alternativas. Esta Generación C compara.
Pero… Y a todo esto, ¿las empresas están preparadas para esta Generación? ¿Saben cómo satisfacer sus necesidades? ¿Qué ofrecerles?
Las marcas deben esforzarse para ofrecer ese “algo” que las haga diferentes y que haga que sean los usuarios los que acudan a ellos y no al revés. Los consumidores conectados que forman la Generación C esperan que las empresas les conozcan, que les entiendan y que les ofrezcan lo que quieren sin rodeos. La empresa debe marcar el camino al consumidor.
La diferencia para los usuarios estará en las experiencias que cuenten otros consumidores; el Word of Mouth empieza a ser fundamental para muchas empresas que antes no prestaban atención a lo que se decía en el entorno digital. De aquí surgen los embajadores de marca, esas personas que son capaces de conectar con un grupo de seguidores fieles gracias a un contenido diferente y único, que les aporta un valor especial.
El Branded Content empieza a aparecer como valor diferencial gracias a estas personas, otorgando un posicionamiento, valor diferencial y oportunidad que permita comunicar y vender de una forma mucho más efectiva.
Por no hablar de la multitud de dispositivos que tienen a su alcance en todo momento, algo que los hace estar, todavía más, conectados, haciendo que la C de su nombre sea todavía mayor.
Una Generación, la C, que cambiará la forma de entender el mundo y de comunicarse; y nosotros estamos aquí para verlo.