Vas escuchando música con tu móvil y de repente, sin cobertura, y te quedas a medias de la canción. A todos nos ha pasado. Es en ese momento en el que te empiezas a plantear que para evitar que te vuelva a pasar eso cada día, por qué no pagar por Spotify Premium, por ejemplo.
Miras el precio y es aceptable. Además, puedes escuchar la música que quieras, del artista que quieras, las veces que quieras, y tengas o no conexión a Internet. Qué más se puede pedir para que en las mañanas de camino al trabajo no solo suenen los bostezos de la señora que está sentada a tu lado.
Y al final, te haces Spotify Premium. Ahora molas más.
Domingo después de comer, y tienes dos opciones en la televisión: o ver La Que Se Avecina por décima vez (el mismo capítulo, sí), o aguantar la sobremesa viendo el #PastelTV de Antena 3.
Pero, ¿y si soy yo quien elijo lo que veo? Y no me refiero a la TDT, que habrá 40 canales y… Al final coges el ordenador y te pones a buscar esa película que al final no pudiste ir a ver al cine.
Probablemente puedas comprar la película y, por tanto, pagar por ella. Pero, ¿quién se plantea eso hoy en día? Mejor descargarla, aunque no se vea del todo bien.
Y claro… ¿Por qué nos hacemos Spotify Premium y no pagamos por una película que queremos ver?
Desde mi punto de vista, creo que la diferencia está en la personalización que nos ofrece cada opción. Por ejemplo, en Spotify puedes escuchar una canción entera, y luego decidirte a pagar por Spotify Premium o no, por tener todas las canciones que te gustan sin anuncios y sin conexión.
En una película puedes ver el tráiler y poco más, si quieres verla entera o la ves pirata o la compras, te guste al final o no. Por eso algunas plataformas en las que puedes ver películas y series, como Netflix, triunfan hoy en día, porque puedes ver lo que quieras por una cuota. Y listo.
A lo mejor habría que reemplantearse el modelo en el que se consumen las películas y la música, y el modelo en el que las empresas lo ofrecen. Si los usuarios quieren que se adapte a sus necesidades y sus gustos, la personalización debe ser una prioridad; tienen que pagar únicamente por lo que quieran consumir, no porque eso que les gusta esté dentro de un todo que no les interesa.
La nueva forma de comunicarse y entender el entretenimiento ha hecho que estas plataformas se vuelvan indispensables para muchos, ya que permite a los usuarios consumir lo que ellos quieren, cuando quieres y como quieren.
Y ahora, ¿Qué piensas tú? ¿Debe adaptarse esta industria a los nuevos tiempos y necesidades de los usuarios?