Cada vez más, y a pesar de la crisis económica, el e-commerce va ganando terreno al comercio tradicional. Esto lo leí en un artículo de Territorio Creativo en el que se resalta la tendencia a seguir por esta modalidad de compra. Y me dio por pensar en el e-commerce, y en cómo está cada vez más integrado en nuestra vida.
Reconozco que yo misma era algo reacia a esto de comprar por Internet: desconfianza, lo típico de “¿y si no me vale?”… Hasta que me he dado cuenta de que no sé cómo he podido vivir tanto tiempo sin comprar así.
A mí me encanta ir de compras, pero no me gusta aguantar las colas, ni el mogollón de gente que se puede llegar a juntar el primer día de rebajas, ni pegarme el paseo para ir a la tienda en cuestión con lo bien que se está en casa. Aunque eso sí, de vez en cuando el cuerpo me pide la compra tradicional de toda la vida.
Y es que los hábitos de los consumidores han cambiado, y siguen haciéndolo día a día.
Ahora puedes comprar desde tu teléfono móvil mientras vas de camino al trabajo, o mientras estás viendo la tele y ves el vestido que te gusta de una presentadora. Todo es más sencillo, y podemos comprar lo que nos gusta con tan solo unos clicks.
Muchas empresas ya saben de la importancia del e-commerce, y aunque tienen tienda física, han decidido moverse también a este entorno de Internet, porque también ahí está su público.
Si tu público objetivo está en Internet, y tiene unas necesidades que cubrir pero tú no estás para hacerlo, vendrá otro que lo hará. Es así de fácil.
Desde hace años, la gente (yo me incluyo) compra los billetes de avión para viajes o reserva una habitación de hotel, a través de Internet.
Pero ahora eso se extiende a otros sectores como por ejemplo el textil. No hay más que estar atento a las redes sociales unos minutos antes de que el imperio de Amancio Ortega empiece sus rebajas, para darse cuenta de lo que mueve el e-commerce y la posibilidad de comprar lo que quieras y dónde quieras. Esto parece un acontecimiento, y en tan solo unos minutos muchas de las prendas ya están agotadas.
Puede que esto se consiguiera también en la tienda física, pero de esta forma, llegas a un público que muchas veces no tiene tan fácil acudir a la tienda, como por ejemplo las mujeres con hijos.
Pero no solo las empresas grandes tienen que tener su propia plataforma de e-commerce. Las PYMES cada vez más se decantan por esta alternativa, ya que supone, en gran medida, un ahorro en los costes al no disponer por ejemplo, de tienda física.
Además, el e-commerce te permite crear una oferta mucho más especializada y destinada a los clientes que te interesan. En función de lo que vayan comprando, puedes crear una lista de preferencias y, a partir de ahí, ofrecer un mejor servicio ofreciendo lo que se adapta a sus necesidades.
Todo esto parece bonito, y la verdad que lo es: llegar a tus clientes desde cualquier parte del mundo y cualquier hora, justo en el momento en el que necesiten ese “algo” que tú puedes aportarles.
Pero no es tan sencillo. Tu e-commerce debe cumplir con unos requisitos para que funcione y tus usuarios no se vayan por donde han venido:
- Adapta el diseño de tu e-commerce a los servicios y productos que vendes, así como al comportamiento y características de tu público objetivo. Por ejemplo, si vendes bolsos, tu web no podrá ser igual a una que vende cupcakes, por muy hípsters que sean tus bolsos.
- Crea un diseño fácil para tus usuarios; algo funcional porque no olvidemos que el objetivo de tu e-commerce es vender, no marear. Pero bonito y atractivo a la vez.
- Un e-commerce sin imágenes no vale nada; por ello, cuida las de tu tienda online y haz que simplemente con ellas al cliente le entren ganas de comprar tu producto. Eso sí, adaptado siempre al diseño de tu web.
- Si las imágenes son fundamentales, el contenido y las descripciones de los productos no lo son menos. Ofrece información relevante para los usuarios, resaltando siempre los beneficios de tu producto o servicio.
- Establece categorías para que tu cliente pueda encontrar lo que necesita sin tener que recorrerse toda la web para al final terminar abandonándola sin comprar nada.
- Define un proceso de compra sencillo. No nos gustan los procesos complicados a la hora de comprar, y menos a través de Internet, precisamente donde buscamos que sea fácil.
- Ten muy presente los dispositivos que se usen. Ya no solo se compra desde el ordenador, sino también desde el smartphone o la tablet. Adapta tu web a ello y harás que los clientes no abandonen tu tienda online.
Pon en marcha tu e-commerce y llega a más clientes haciéndoles la vida un poco más fácil 🙂
Muy bien tu articulo. Me puedes aconsejar. Saludos
Para eso estamos 🙂 Escríbeme un mail si te parece y vemos