Netflix: Cómo aprovecha los datos de los usuarios

Me gustan mucho las series. Creo que podría tirarme horas (o tardes enteras) viendo series. Cuando viví en Londres, ya que el tiempo no solía acompañar muy frecuentemente, sentarse frente al ordenador con un buen cuenco de palomitas y ver una serie mientras oías como llovía fuera, era el típico plan de domingo.

Soy de las que apoya el pago por este tipo de contenidos en plataformas como Netflix o Wuaki. Encuentras lo que buscas de una manera sencilla, sin tener que recorrer webs en busca de enlaces que se cuelgan, o capítulos que se ven pixelados… Y la verdad es que esperaba poder contar con Netflix en Madrid, aunque por lo que he leído últimamente, por lo visto vamos a tener que esperar un poco. Y es que los resultados a los que ha llegado el portal no son del todo buenos en cuento a los datos obtenidos que hacen referencia a la predisposición de los usuarios a ver series. Ya hablé de algo parecido hace unos meses con el caso de Spotify.

Pero no voy a centrarme en si Netflix llegará a España en este 2015 que acabamos de empezar o no, sino en por qué esta plataforma ha llegado a la cima de este sector que tiene como competencia a los propios usuarios con la piratería.

Netflix, al igual que otras empresas que ya mencioné en este post, se ha basado en un modelo de Big Data para llegar al lugar que ocupa hoy en día. Ha sido capaz de visualizar el futuro de este sector. Ha sido capaz de rediseñar el producto que ofrecen en función de la demanda de los usuarios (más de 50 millones de suscriptores hoy en día), muchas veces antes de que ellos llegaran a saber que necesitaban “eso” únicamente escuchando las peticiones de lo que les gustaría ver, o les encantó en el pasado (pudiendo establecer patrones).

Pero hay más, Netflix no solo sabe lo que tiene que hacer gracias a las sugerencias u opiniones de los usuarios, sino también gracias a los tags y metadatos con los que describe sus series y películas. Digamos que, igual que cuando compras ropa en una tienda online, o incluso en Amazon, te aparecen productos sugeridos que pueden estar relacionados con dicha compra, en Netlix ocurría igual.

Dichos tags se empleaban para recomendar otras películas o series que pertenecían al long tail, es decir, aquellas que no formaban parte del selecto grupo de las series y películas favoritas pero que estaban ahí, a la espera de ser descubiertas.

Esto permitía a Netflix, igual que las demás compañías que llevan a cabo este sistema de venta cruzada, ir trazando un perfil de los usuarios, poco a poco, basado en el itinerario marcado por las preferencias que ellos mismos han ido mostrando.

Esto favorece enormemente la experiencia de usuario, esa experiencia basada en las emociones y la felicidad que supone el encontrar lo que se quiere (no confundamos con usabilidad). Un usuario que es capaz de saber qué series pueden gustarle o no, en función de los datos que ha recogido Netflix gracias a su comportamiento previo, ahorrándose mucho tiempo de búsquedas, es un usuario que lo agradece.

Para ir terminando, solo añado un ejemplo que ha usado Netflix también para saber las preferencias de los usuarios y fijar patrones; una manera diferente de hacerlo que por lo que hemos visto recientemente en la pasada entrega de los Globos de Oro con el premiado Kevin Spacey, no les ha ido nada más. Hablo de House of Cards, una serie de la que solo he podido ver tres capítulos (aunque tengo la primera y la segunda temporada listas) y que no me defraudó. Probablemente se sitúe en mi cajón de series favoritas, justo entre Breaking Bad y Lost.

Pero eso no es el caso. El caso es que como muestra este artículo de Wired, Netfix ha llevado a cabo una campaña de Big Data centrada en las imágenes de portada de esta serie. Fíjate bien:

house of cards

Entre House of Cards y Macbeth hay más similitudes de las que te crees en cuanto a las portadas se refieren; y esto lo muestra el siguiente mapa de calor, en el que se resalta con colores más cálidos aquellos puntos en los que se presta una mayor atención:

heatmap

Esto muestra que las portadas son más similares de lo que en un primer vistazo pueden parecer, y es que fíjate en qué parte se presta mayor atención: las manos con la sangre, la principal clave de la serie.

Y ahora te preguntarás: ¿A qué viene esto?. Bueno pues muy sencillo: A Netflix una portada anterior (como la de Macbeth en 2010) le fue bien, consiguió captar la atención de los usuarios. Para House of Cards, una serie adaptada de la original británica, ¿por qué no probar con una portada que siguiera un patrón principal? Y eso hicieron, lo que supuso un enorme ahorro en lo que a gastos creativos se refiere.

Como puedes ver, Netflix tiene al alcance de una simple tecla mucha más información de la que pueden constar otras muchas empresas hoy en día. Es capaz de saber las preferencias de los usuarios antes de que ellos sepan que esa serie ni siquiera exista.

Y todo ello teniendo en cuenta que series ha habido siempre, las hay ahora y las habrá en el futuro. Es una empresa que ha sido “lista” y se ha adaptado a lo que los usuarios llevaban demandando desde hace mucho; aunque se ve que a la hora de pagar, no todo el mundo está de acuerdo.

De igual manera, siempre puedes salirte de los patrones y explorar; porque a ver, aunque seas de series romanticonas, ¿por qué no vas a poder disfrutar con una de suspense en la que de vez en cuando se cuela algo de amor?

Y tú, ¿crees que la personalización a través del acceso a los datos es el futuro de este sector?

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